ENCANTADO DE CONOCERME
"Lo
más difícil es conocerse a uno mismo, lo más fácil: hablar mal de los
demás"
Tales de
Mileto
"La
mejor ciencia es conocerse a uno mismo"
Galileo
Galilei
"Hoy
no tengo ganas de hacer turismo por dentro de mi"
Mafalda
¿Por qué
cuesta tanto conocernos a nosotros mismos? Más aún, ¿Por qué cuesta tanto
aceptarnos y aceptar lo que somos y cómo somos?
Cuesta
tanto concienciar a la gente de que es mucho más eficaz trabajar sobre uno
mismo, sobre nuestras ideas, nuestros deseos, nuestras manías, nuestras
debilidades y fortalezas, nuestra capacidad de relacionarnos, de hablar, de
exponer, de sentir, de compartir, nuestros miedos... que trabajar buscando
recetas milagrosas, fórmulas, elixires mágicos que nos hacen hablar con
eficacia, persuadir, impresionar... Cuando se consigue trabajar en uno mismo,
encontrar tus propias herramientas, tus propias estrategias, tus propias
fórmulas... entonces te sientes realizado y te convences de que es mejor
aprender a pescar a que te den un pez, ya que si aprendes a pescar, comerás
cuando tú quieras y si te esperas a que te den el pez, comerás cuando quiera
quien te lo tenga que dar... Sin embargo, es tan fuerte la tentación de que te
den trucos, fórmulas y elixires milagrosos, recetas de autoayuda... Descubrir
lo que tienes que hacer y cómo lo tienes que hacer entraña un esfuerzo, pero si
te lo dicen el esfuerzo es mucho menor y además si metes la pata, siempre
tienes a alguien que culpar. "A mi me habían dicho que se hacía
así..." Si te dan un pez, el esfuerzo es menor que si lo tienes que
pescar. El precio de que te den el pez, es tu propia libertad, tu propia
voluntad...
Nos
gustaría tener manual de instrucciones para todo, "si está en los libros,
tiene más credibilidad". Pero, afortunadamente, no hay manual de
instrucciones para el día a día, para vivir... y si lo hubiera, deberíamos
quemarlo, ya que sería la expresión más cruel de esclavitud. Los sentidos
perciben la realidad, mi realidad, lo que pone en un manual, es posible que
exprese la realidad que le gustaría al que escribió ese manual y, algunas
veces, lo que se escribe o se dice está muy cerca de: "Haz lo que digo y
no lo que hago".
Se nos
llena la boca cuando hablamos de libertad, pero ser libre implica una
responsabilidad que no todos quieren asumir. La libertad requiere también de un
esfuerzo. Queremos ser libres mientras hacemos lo que nos dicen que hagamos de
la forma en la que nos dicen que lo tenemos que hacer y eso ahoga cualquier
hálito de creatividad, de expresión sincera y eficaz, de libertad. Una libertad
que no está y no debe estar reñida nunca con seguir unas normas. La educación y
la cortesía, la amabilidad y la escucha, la empatía, la comprensión, etc, son
bienes preciados de la personalidad humana, bienes para compartir con los demás
y no ingredientes de ningún elixir mágico que nos haga mejores personas, más
convincentes, más eficaces o más felices.
Cada
persona es un mundo y lo que es bueno para uno, no tiene porqué serlo para
otros. Quizás a ti te vaya muy bien el ibuprofeno, a mí me provoca gases...
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