LA RETÓRICA PARA LOS RETÓRICOS



FRAGMENTO DE LA CONFERENCIA "ARTE D COMUNICARTE"

LA RETÓRICA PARA LOS RETÓRICOS
            Es posible que alguna vez tengamos que dar un discurso, impartir una clase o una conferencia… Como también es posible que NUNCA lo tengamos que hacer. Pero lo que es innegable e indiscutible es que debemos COMUNICARNOS con los demás todos los días, en muchas ocasiones al día, con diferentes interlocutores, en diferentes circunstancias y en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Es muy importante aprender a hablar en público, pero es fundamental saber comunicarse en el plano cotidiano, saber hablar y escuchar de persona a persona. HABLAR y ESCUCHAR, porque, a lo largo del día, nos veremos desarrollando los dos roles de la comunicación: EMISOR y RECEPTOR. Hablamos, pues, de una comunicación cara a cara, de tú a tú.
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            Cuando desarrollamos una acción de “hablar en público”, por lo general, somos nosotros frente a un auditorio, con todo lo que eso conlleva. Pero el auditorio, como su nombre indica, solo “audiciona”, es decir, escucha. Nuestra atención está en no perder el discurso, decirlo de manera que se entienda, captar la atención del público y muchas cosas más… por resumir podemos decir que manda quien habla y con un buen entrenamiento puede hacer uso de muchas herramientas para salir con más o menos éxito. En la comunicación cotidiana, interpersonal, nos encontraremos primeramente con que hay una INTERACCIÓN, entre el que habla y el que escucha, el cual reacciona, contesta, interpela, discute… su función es mucho más activa que la del auditorio, muchas de las cosas que le sirven al conferenciante no nos van a servir cuando hablamos con alguien. La acción reacción es instantánea. El feed back no sólo se reduce a compartir información, sino sentimientos, emociones, estados de ánimo y un sinfín de circunstancias que complican, si cabe, un poco más el acto de comunicar.
            Comunicarnos es una capacidad con la que nacemos, viene en nuestro ADN. 
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Nada más llegar a este mundo ya decimos algo con el primer llanto. Hemos estado 9 meses (o menos) comunicándonos intrauterinamente con nuestra madre. Ahora nos comunicaremos de otra manera. Caricias, llantos, balbuceos, risas, palabras, gestos, actitudes… nadie nos enseña a comunicarnos, lo vamos aprendiendo sobre la marcha. Ese aprender sobre la marcha en muchos aspectos es eficaz, en otros es deficiente y necesitamos la ayuda de comunicadores profesionales que han indagado, investigado y reflexionado para que esta capacidad de comunicarnos con la que nacemos sea lo más eficaz posible. No aprendemos a comunicarnos, eso ya lo sabemos hacer, aprendemos a comunicarnos de la mejor manera.

            Una aptitud comunicativa deficiente nos da una calidad de vida deficiente. No poder expresarnos, no poder explicar nuestras ideas, exponer nuestras necesidades… nos aboca a un túnel oscuro que nos lleva a lugares a los que nadie quiere ir. Baja autoestima, sensación de fracaso, soledad, ansiedad, aumenta nuestros miedos… Por el contrario, una buena aptitud de comunicación eleva nuestro grado de autoestima, nos acerca a los demás, nos ayuda a empatizar, nos acerca al éxito, nos desarrolla como personas y nos da la sensación de poder con todo y no tener miedo del que paraliza, del que nos hace posponer ese momento de hablar con esa persona que nos intimida o en esas circunstancias que no nos gustan, que nos alejan de nuestra área de confort.
            Partimos, pues, de que ya sabemos comunicarnos, que estamos capacitados física y mentalmente para comunicarnos, pero no lo conseguimos como nos gustaría. Bien pues empecemos.
            Muchas veces, la tendencia es empezar por conceptos más o menos abstractos, incorpóreos, como la autoestima, la motivación, lo neurológico, lo emocional y corremos el riesgo de perdernos. Para mí es como intentar entrar en casa trepando hasta una ventana cuando la puerta está abierta. Yo propongo entrar por la puerta de lo mental, espiritual, emocional, etc.: LO FÍSICO. Atacaremos desde el plano físico. Primero porque lo físico se puede ver, tocar, oír, degustar y oler, mientras que los sentimientos o las emociones no se pueden tocar. Segundo porque lo corpóreo y lo interno están conectados. Tercero porque cuando nos comunicamos con alguien lo primero que percibe es nuestro CUERPO (comunicación NO VERBAL) y nuestra VOZ (comunicación VERBAL)
            Esta frase atribuida a LEONARDO DA VINCI lo explica perfectamente:
Al alma le gusta vivir en el cuerpo
Porque se expresa a través de él
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            Así que empezaremos por los dos vehículos de la comunicación humana:
EL CUERPO
Y

LA VOZ

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