PATALETA
PATALETA
MUCHO TIEMPO SIN
HABLAR DE TEATRO
Cuando abrí este blog me propuse
usarlo para hablar de teatro, cine, televisión y, sobre todo, de formación.
Durante muchos meses he publicado en este blog artículos relacionados con la
comunicación y hablar en público. Me cautivó este tema a partir de mis
intervenciones y colaboraciones con la DIPUTACIÓN DE CASTELLÓN. Aquella
experiencia me llevó a reflexionar mucho y a centrarme casi exclusivamente en
esa actividad. Pero, yo soy actor, bueno, me gusta llamarme cómico, o artista o
persona que se dedica al teatro. Eso es lo que soy y por eso es por lo que he
luchado toda mi vida. Pienso que esta actividad que me ha absorbido totalmente,
quizás fue usada en momentos como refugio, como vía de escape para alejarme un
poco de la situación en la que se encuentra nuestra profesión y NUESTRO ARTE en
esta ciudad en la que habito, VALENCIA. No soy quien, o sí, no lo sé, para
juzgar, no lo voy a hacer, opinar generalizando es muy peligroso, más aún
cuando el equilibrio de las cosas, tal y como están ahora, es tan delicado y
peligrosamente precario. Así que mejor hablo de mi experiencia, de lo que me
pasa y de lo que veo, de lo que siento, que seguramente es lo que les pasa, lo
que ven y lo que sienten muchos de mis colegas.
ADVIERTO: esto será largo, así
que lo haré en distintas entradas, para no aburrir, si es que este blog es
leído por alguien, que según las estadísticas, parece que sí.
Lo que pretendo hacer es un
análisis de la situación desde mi propia experiencia con el fin de intentar
aportar un poco de luz a tanta penumbra. Seguramente diré cosas que puedan
levantar polémica o cosas de las que seguramente pueda tener una percepción
equivocada. No es mi intención en ningún caso ofender a nadie ni levantar
polvareda con polémicas infértiles.
Muchas veces nos perdemos
buscando culpables en lugar de buscar soluciones, se nos olvida que es mucho
más práctico buscar soluciones que buscar a quien o quienes causaron el
problema. La mayoría de veces el hecho de encontrar al posible “culpable” no
soluciona el problema, algunas veces, incluso lo agrava. Cada cosa en su
momento, ya llegará el día de buscar o encontrar culpables, ahora centrémonos
en solucionar problemas.
Empecemos. Como decía, soy
artista. “Practico” un arte colectivo como es el teatro, donde para que la obra
salga a la luz se necesita la intervención de varias personas y la coordinación
de varios talentos con un fin común. Vale, hasta aquí, nada que cualquier
persona no pueda saber o intuir. El problema viene cuando esos talentos
artísticos dependen para su trabajo directamente de lo que dictan los políticos
y ahí, el talento, no es del todo necesario y lo que no es nada necesario para
la política es la sensibilidad artística. La palabra POLÍTICA y la palabra SENSIBILIDAD, no siempre conviven en
armonía… o sin armonía… a veces ni si quiera se conocen.
Este escrito es, como digo, fruto
de mi situación particular y, por extensión, de la situación de mucha gente.
Para situarnos, diré que llevo a día de hoy, nosecuantos de enero de 2017, ¡Un
año entero sin participar en ningún proyecto teatral, ni como actor, ni como
director, ni como nada!… Los que me conocen, saben que esto en mi trayectoria,
afortunadamente, no ha sido una característica constante. Cuando he tenido un
parón, he visto que, en este mundo del teatro, siempre hay algo que hacer. Si
no actúas, diriges, si no escribes, o gestionas o proyectas, o das clase… Ahora
no veo qué puedo hacer, es como si estuviera bloqueado, como un conejo en medio
de una carretera al que se le echan encima las luces de cruce de un coche.
Espero que esto sea totalmente pasajero. La causa: el desánimo.
El desánimo que
provoca ver que la pequeña esperanza que teníamos en el cambio político a nivel
local, provincial y autonómico nos (me) está fallando. No se ha cumplido lo que
pensaba que iba a pasar cuando el color político se acercara un poco más a mi
ideología… yo los voté… ¡Ojo! No critico vacíamente ni gratuitamente, sé que la
herencia es dura, que los de antes nos dejaron sin aliento… pero estos, los de
ahora… no sé si saben hacer bien el boca a boca para que podamos respirar,
seguimos ahogándonos y cada vez más. Se siguen haciendo las cosas como antes.
Poco dinero y mal distribuido… como siempre. Pero no quiero, de momento entrar en
esto, la herida es demasiado reciente. Lo que realmente me entristece es ver
como muchos colegas, algunos a los que he admirado y con los que he compartido
buenos momentos en escena, mendigan un papelito en una producción en una
compañía pequeña (de las que se llamarían INDI en el mundo musical y de los
videojuegos, por ejemplo y contra las que no tengo nada, al contrario, algunas
son muy admiradas por mí) para representarlo en alguna sala alternativa
(algunas de ellas MAL LLAMADAS SALAS ALTERNATIVAS) delante de un público,
muchas veces cautivo, porque el público no cautivo no va. “No hay dinero para
promocionar”, “Hemos mandado mogollón de mails a nuestros habituales…” y otras
cosas más por el estilo. Salas, algunas de ellas, que no viven de la
exhibición, si no de la subvención. Subvenciones que, a poco que observas, te
preguntas, ¿cómo lo hacen para conseguir subvención si aquí no viene nadie? Se
supone que el dinero público debe repercutir en la sociedad, tener un impacto,
al menos proporcional al potencial del proyecto, a los límites de su dimensión.
Otros preparan oposiciones, aunque sea de subalterno o conserje (puestos muy
dignos), para poder acabar su vida laboral con un poco de cotización, o para
vivir con menos estrecheces, estudiando a estas alturas la Constitución
Española y otras lindezas… Otros… nadamos en el proceloso mar de la
precariedad, arañando las migajas del naufragio buscando algo que echarnos a la
boca. 75% de profesionales en paro (eso los que están asociados, hay más que no
están en ninguna lista), además de “en paro”, con el subsidio agotado y sin
derecho a cobrar nada o casi nada. Y lo peor de todo: he contactado con colegas
de otras ciudades que, desde aquí, se ven en una situación más desahogada, y te
dicen, “No creas que aquí la cosa está más activa… y a nivel local, con los
nuevos… fatal”. Del mismo modo, en mi correo, recibo currículos de
profesionales, de grandes profesionales, buscando esa chispa de luz al final
del túnel donde nos han puesto. “Hay que moverse mucho”, dicen… Eso hago desde
hace 30 años, eso hacemos muchos… hasta que te paran.
Sin querer, este escrito se va
oscureciendo… No, me niego a ser pesimista o catastrofista… No quiero quejarme,
quiero acción. Vencer este desánimo. Salir de estas arenas movedizas que
corroen la dignidad de esta profesión, que desgasta esa línea que separa lo
profesional de lo no profesional: Profesionales que trabajan sin contrato, sin
cobrar ensayos, sin… público, sin ayuda, sin futuro.
Seguiremos gritando, haciendo
señales de humo, para que se fijen en nosotros o, al menos, para que no nos
olviden.
En el siguiente artículo
intentaré ser menos oscuro…
Reivindico
LA PATALETA
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