CUANDO UN TRABAJO TE HACE FELIZ

GANARÁS EL PAN CON EL SUDOR DE TU FRENTE.
Esto, que suena a castigo divino y que muchas veces lo es, otras veces es una verdadera bendición y yo he tenido la suerte de vivir esa bendición. Hace unos meses me propusieron participar en un programa formativo de la DIPUTACIÓN DE CASTELLÓN (Comunidad Valenciana. España) en el que imparto el taller HABLAR EN PÚBLICO CON EFICACIA, dedicado a toda aquella persona que quiere mejorar su habilidad para exponer, explicar, etc y especialmente a desempleados y emprendedores.

Pronto descubrí tres cosas: 
  1. que la mayoría de los participantes no iban a dar un discurso, quizás nunca, y lo que querían era mejorar y superar los miedos y todo aquello que les impedía hablar con 1 o con 1000 personas; y los que iban a dar discursos o a hablar frente a mucha gente, quería lo mismo
  2. que la gente necesita más orientación que formación, o al menos piden que la formación sea orientativa.
  3. hay demasiada gente desesperanzada y esclavizada de tiránicos miedos, timideces y demás.
Estos descubrimientos me obligaron desde el principio a adaptar mis contenidos a las necesidades de los participantes. Más que a hablar en público la gente pide COMUNICACIÓN. En estos tiempos en que los medios de comunicación personal, gracias a las nuevas tecnologías, son tan instantáneos, tan amplios y diversos, la comunicación cara a cara es, para muchas personas, un verdadero suplicio que les lleva a frustrarse y, lo peor, a sentirse frustrados. Así que me desvié un poco de la vía del taller para conducir por una carretera un poco más incómoda, pero mucho más satisfactoria. LA COMUNICACIÓN PERSONA A PERSONA. Que, al fin y al cabo, es también hablar en público, pues no veo demasiada diferencia entre hablar a 1 o 2 personas o hablar para 1000, salvando las diferencias obvias, claro. Y todo desde la premisa: NO EXISTEN RECETAS MILAGROSAS NI ELIXIRES QUE NOS CONVIERTEN POR ARTE DE MAGIA EN ORADORES.
Empezamos definiendo cada concepto. A veces, en nuestra cabeza, las definiciones de muchos conceptos se han degenerado, contaminado, de tal manera que lo que realmente es una cosa la percibimos como otra, incluso a veces como la contraria. Otras veces hemos confundido la esencia del concepto y aquello que tiene una sustancia física lo hemos convertido en mental o espiritual y al contrario. Ejemplo: el concepto CONCENTRACIÓN. Podemos descomponer la palabra en tres partes: CON CENTRA CIÓN. Donde 
  • CON=CERCA DE...
  • CENTRA=KENTRO=PUNZÓN DEL COMPÁS
  • CIÓN=ACCIÓN
Por lo que podemos decir que, en esencia la concentración sería "LA ACCIÓN DE SITUARSE CERCA DEL CENTRO", o sea que es un concepto físico más que mental y siempre es más fácil de dominar y percibir lo físico que lo mental.


 Otro ejemplo. EL MIEDO. Si partimos de la base que, por lo general, tenemos miedo a lo desconocido, una manera de vencer el miedo es conocer su origen y fuente. Como dijo Mandela: "No es valiente quien no tiene miedo, sino quien lo conquista"
Otro ejemplo, hemos convertido en habitual la respiración clavicular en detrimento de la diafragmática. Respiramos mal, hablamos mal. Si no inspiramos bien, nunca estaremos bien "INSPIRADOS" para nada. Hemos tenido que aprender a respirar bien para poder hablar bien, vencer la ansiedad que provoca el miedo a ahogarnos o quedarnos sin aire. Hemos descubierto que el diafragma no es eso que tienen las cámaras de fotos, también lo tenemos nosotros y es vital saber usarlo para optimizar nuestra respiración, no sólo para hablar bien, sino para vivir mejor (otro día hablaré sobre esto en este blog)
En definitiva hemos a aprendido a vivir sencillamente, desmadejando aquellos líos que nos hemos montado. Muchas veces no vemos la solución del problema porque hemos llenado de literatura el enunciado, lo hemos complicado tanto que el problema se nos "hace bola". Hemos aprendido que competir está bien, pero colaborar y cooperar es más gratificante y rentable (de esto también hablaré más adelante). Comunicar es compartir y realmente, es más emocionante dar que recibir. Compartir información, deseos, dudas, sueños... No podemos dar la espalda a la naturaleza. A medida que nos separamos de la naturaleza no volvemos más maniáticos, más huraños, más perdidos. La naturaleza es sabia. Debemos escucharla. Debemos escucharnos. Está muy bien aprender de terceros, pero no debemos olvidar nuca que debemos aprender de nosotros mismos. 
GRACIAS




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